PERSONAS

Publicado por Angel Sanz Goena miércoles, 19 de enero de 2011 en 13:09 1 Comment





PERSONAS


En cuántas ocasiones he manifestado el valor y la grandeza de lo que representa “ ser persona”.

Bajo la perspectiva política actual, la imagen del sujeto en la sociedad, es decir, el ser humano que vive y se desarrolla en convivencia con el resto, está completamente anulada.

Cualquier mención de acercarse a lo que encarna el ser humano, como persona, con su representatividad igualitaria y destino común, en los manifiestos y conductas políticas, está a niveles tan bajos, que creo que no tienen conciencia de que somos ante todo personas, no objetos de planificación y desarrollo de sus perspectivas ambiciosas de poder.

Se emplean instrumentos, mecanismos de comunicación y métodos políticos de injerencia en la sociedad tan depravados, que se le considera al ser humano una marioneta que camina por ella sin ser acreedor a nada, porque no se le presta la mínima atención necesaria al simbolismo de su imagen universal.

Pero más allá de esta sentencia, la inapropiada conducta de los seres humanos, es decir, la desleal convivencia de unos con otros. En realidad, no valoramos lo que representa la persona, su identidad, la muestra real e indudable de las vivencias con esos seres humanos que cada día compartimos sus necesidades, alegrías, tristezas y un sinfín de sensaciones y sentimientos. Lo único que observamos es su figura, sus ropas, lo que representa, su posición social, pero nunca su lado más humano, y ya no digamos, espiritual.

La Naturaleza Humana está totalmente abandonada a su suerte. Los políticos nos han desprovisto de nuestra capacidad de relación humana, porque si hay vestigios ancestrales de auténtica humanidad, actualmente están rotos, completamente destruidos. Además, ya se preocupan de desprestigiar cualquier vínculo espiritual o religioso de donde se impregna el corazón humano.

Es triste comprobar la deshumanización tan vasta que tiene la sociedad. El ser humano es lo único que vale esté donde esté y sea quien sea. Lo que queda siempre es la persona. Hay que ser consciente del valor humano y espiritual de la persona. Es el motor de la vida terrenal y hay que respetarse y respetarlo, en primer lugar, consigo mismo, y posteriormente, a los demás.

¿Qué significaría la Tierra sin el ser humano? Nada. Está creada para la unión de todos los elementos que la componen, pero, en particular, para el habitáculo y propio desarrollo del ser humano.

Cuando alguien ejerciendo una profesión, ocupa un puesto de responsabilidad, lo que realmente le representa es su capacidad personal y humana, al margen de su representatividad ejecutora o directiva, porque cuando su vida profesional finaliza, los residuos que le acompañan son sus aspectos humanos, lo que verdaderamente es, la persona que vive en ella o en él y no su potestad jerarquizada.

De ahí proviene en muchas ocasiones la frialdad de comportamientos de unas personas a otras tras su final activo, porque en vez de ejercer su actitud humana, en su mandato o liderazgo profesional, han perpetrado su tiranía, crueldad o despotismo, siendo su recompensa la indiferencia y frialdad de sus ex compañeros de trabajo.

No somos conscientes del modelo “ser humano”. Hay que ver a la persona por lo que es, mirando a su corazón, entendiendo su lenguaje, comprendiendo sus actitudes, siendo comprensivo y generoso. Hay que estar más dispuestos a otros seres humanos y apoyarles según sus necesidades.

Hay situaciones delicadas, muy difíciles de solucionar, e, incluso, de participar en ellas por interferencias ajenas, teniendo que respetar sus designios y determinaciones. Pero hay otras donde una muestra de cariño, de comprensión, de respeto, es imprescindible y básica para darles serenidad y confianza.

Reflexionemos mucho. La Humanidad debe cambiar su rumbo tan trivial, superficial, egoísta y ambicioso, reconstruyendo el verdadero sendero del ser humano. Dificultades, siempre habrá. Fracasos, constantemente. Penurias, permanentemente. Pero la realidad de la persona debe progresar, evolucionar y ser el componente humano del Proyecto de la Creación para él.

El Universo físico es cauce del Universo Espiritual y, aunque el ser humano sea materia, por sus componentes físicos y energéticos, desarrolla dentro de sí la esencia de su Espíritu Universal, lo que le garantiza un mayor linaje y tiene el deber de desarrollarlo y darle el prestigio encomendado.

Por ello, hay que considerar siempre al resto de seres humaos que comparten nuestra existencia como hermanos, hijos del mismo Espíritu Creador, respetarnos y ser, al menos, considerados, comprensivos y compasivos. Aquí el Amor, el afecto, el cariño, la ternura, la dulzura son componentes básicos en los contactos diarios y comunes en nuestra convivencia cotidiana.



ÁNGEL SANZ GOENA
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1 Response so far.

  1. El ser se construye día a día con la reflexión sobre las metas que nos fijamos y los errores que cometemos, con el ejercicio de la voluntad para corregirlos y frecuentando las amistades que nos ofrecen sinceramente el reflejo de lo que somos.
    La felicidad de la especie humana no correlaciona ni con la edad, ni con el sexo, ni con el bolsillo; solo correlaciona, estrechamente, con el contacto y la mayor comunicación interpersonal. Ninguna felicidad es completa sin la compañía de los demás, para lo cual no basta con ser una gran individualidad sino que además hay que ser una gran persona, como lo eres tu Angel.
    Un abrazo

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