NUEVAS VOCES EN LA SOCIEDAD


¡Váyase, Señor Presidente! ¡Váyase, por favor!


Una persona, que ejerce la presidencia de un gobierno, con una marcada tendencia progresista, va arrastrando a un país muy lejos del progreso; una persona, que ha presumido de ser el que más apoyos sociales ha consolidado en la sociedad, va dejando una nación dislocada socialmente; una persona, que ha intentado romper con todas las tradiciones y vestigios de nuestros ancestros, lo que ha conseguido es confundir enormemente a la sociedad; una persona, que se ha reído públicamente en diferentes actos de los presidentes de varios países europeos por su conducta económica, va sentenciando nuestra economía con cuatro millones y medio de parados; una persona, que se vanagloriaba de la doctrina intelectual del gobierno, en base a cineastas y actores, ha conseguido que la cultura, intelectualidad junto con la pedagogía de España sea la más castigada cultural y pedagógicamente por el Consejo Europeo; una persona, que ha manipulado y orientado a una sociedad a la deriva, se ha creído y se cree aún el mejor presidente que ha tenido esta nación.

¡Váyase de una vez, Señor Presidente!

Hay muchas voces en la sociedad que demandan elecciones anticipadas; desean que termine este caos, esta decadencia, a la que nos ha sometido el actual presidente del gobierno de España.

Muchas personas sufren verdaderas penurias por no tener empleo; muchos jubilados pierden su pequeña estabilidad, teniendo que apoyar a hijos en su tremenda caída al vacío; muchos sueños de personas se han visto desvanecidos por la incapacidad de un presidente de gobierno en desarrollar su verdadera función, engañando, además, constantemente a los ciudadanos; ideales de personas han quedado postergados; empresarios y autónomos han tenido que dejar atrás sus proyectos e ilusiones; y muchos seres humanos, cuyos sentimientos están resquebrajados, sin tener la más mínima sensibilidad el señor presidente, viven gracias a Organismos humanitarios.

¡Cuantos seres humanos sufren! ¡Cuántos españoles vagan perdidos! ¡Cuántas personas se ven desposeídas de su prestigio personal como ciudadanos!

Existen muchos problemas en este país sin darle soluciones, y cuando se deben tomar decisiones o planteamientos de regulación económica que afecta a los ciudadanos, siempre se perjudica a los más débiles y frágiles. ¿Es así la conducta ejemplar de un presidente de gobierno?

Una persona, que ejerce de presidente de gobierno de España, y que nunca ha trabajado; desconoce la sensibilidad del pueblo español; jamás se ha planteado la fuerza, la garantía y la representatividad de los valores personales de los españoles; siempre se ha distanciado del contacto con la sociedad; que no sabe lo que representa ir a horas punta en el metro o tomar un café rápidamente para ir a trabajar; que no sabe interpretar los deseos de una colectividad agotada y cansada por tanta problemática. ¿Qué puede esperar el pueblo español de él?

Personas que han trabajado toda una vida, con frío y calor, con desventuras, con sacrificio, con valor y riesgo, y con muchas más adversidades, los que, verdaderamente, han sacado este país adelante, son actualmente los perdedores, los sufridores de la mala gestión de un presidente.

¡No pierda el tiempo, Señor Presidente, váyase ya!

Quizás haya tenido que venir un presidente así, con una carencia de gestión tan profunda y una no menos profunda ignorancia política, para darnos cuenta dónde está España en el mundo. Quizás sea el momento de reflexionar quiénes somos los españoles y qué formación y cultura tiene esta sociedad española. Quizás haya sido positivo, para comprobar que no cualquiera puede ejercer una posición política relevante y tengan que ser verdaderos políticos lo que gobiernen.

Y, como no, la sociedad española debe ser más exigente con los que nos gobiernan, y opinar libremente sobre sus actuaciones. La sociedad española está dormida, amedrantada, pasiva, y creo que debe reaccionar cuando un gobernante no hace su trabajo en condiciones.

El pueblo español debe meditar; sacar el provecho de la situación que está viviendo el país; no dejarse embaucar por políticos mediocres ni por las manipulaciones de éstos, e intentar evolucionar como personas y aprender de la honda crisis que vive actualmente esta nación.

España necesita voces cultas, sabias e inteligentes que puedan enseñarnos, transmitirnos mensajes apropiados para avanzar por el camino del desarrollo y de la evolución, olvidándonos de los pseudo intelectuales, mediocres personajillos y más elementos que circulan con prepotencia por nuestra sociedad.

El progreso de este país puede ir acompañado de las costumbres y tradiciones de nuestros antepasados, de la cultura de hace dos mil años que se nutre Europa, y no desterrar cualquier vestigio religioso, tradicional o costumbrista exclusivamente por capricho personal o por corrientes inducidas hacia la colectividad.

El respeto está, como lo demuestran hasta países laicos –nuestro país es aconfesional-, que todos seres humanos tienen derecho a ejercer su apostolado. Parece ser que en nuestra nación no es así: el que es católico o cristiano no está bien visto. Creo que no es el camino, cuando, precisamente, el Cristianismo es la Cultura de Occidente desde el año I de nuestra Era.

No es cuestión de apoyar ni renegar, sino de respetar. El que suscribe este escrito cree en la libertad, la ejerce y la considera el instrumento más útil en la convivencia humana; y cuando hay restricciones o dogmas estatales pierde su valor.

Un gobierno debe de ejercer de benefactor del ciudadano y no su mentor. La sociedad es libre así como cada ciudadano, y debe vivir según entienda es su camino. Si rompe con el respeto a la convivencia ajena, ya habrá leyes jurídicas, con sus jueces correspondientes, que sentenciarán sus irregularidades. El gobierno está para gobernar con eficacia, dando los mecanismos necesarios para que el ciudadano tenga sus necesidades cubiertas, medios para evolucionar a todos los niveles, con la libertad plena, y no poner doctrinas estatales para que el ciudadano camine según sus reglas.

El gobierno de una nación no puede someter a vivir al ciudadano según sus decretos: eso es un sistema dictatorial, sea el gobierno que sea. El ser humano es libre, hasta que su libertad está condicionada por su mala actuación en la sociedad, poniendo en peligro al resto de conciudadanos.

Dénos medios para vivir y déjenos vivir como sabemos, Señor Presidente



ÁNGEL SANZ GOENA
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1 Response so far.

  1. Me parece muy bueno y oportuno el artículo Angel.
    Definitivamente creo que es el deseo de toda la sociedad que el presidente que tenemos se vaya ya y deje gobernar a otro con un cierto nivel de involucramiento con la sociedad.
    Yo entiendo que gobernar es dirigir los destinos de un país hacia el logro de ciertas finalidades, estableciendo las disposiciones necesarias para alcanzarlas. Creo que los políticos deberían estar para facilitar la vida y no para fastidiarla.
    Estoy de acuerdo contigo en que es tiempo de reflexionar sobre quiénes somos y sobre que formación y cultura tenemos y sobre todo situarnos en el plano común que nos vincula a unos y otros, aunque seamos adversarios.
    Las incertidumbres y los problemas se multiplican y complican en todas partes. Hay crisis de valores, ruptura de regulaciones, problemas económicos, profundización de los antagonismos; polarización aumentada de las posiciones; existe una lucha permanente, entre desiguales; entre parecidos y también entre iguales; pero el saberlo no basta, hace falta decisión y una reacción.
    Que nos gobiernen aquellos que saben hacerlo porque a este ritmo desaparecemos si seguimos con esta desolación y falta de incentivos. Yo diría que la situación esta llegando a niveles de depresión y abandono colectivo, y ello es sumamente peligroso.
    Gracias como siempre por poner sobre el tapete aquellos sentimientos que más de uno llevamos dentro.
    Te dejo un abrazo

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