SOCIEDAD

Publicado por Angel Sanz Goena viernes, 29 de octubre de 2010 en 11:46 1 Comment




SOCIEDAD


Siempre que comienzas el día es lo mismo del día anterior: las mismas palabras; las mismas informaciones; los mismos periodistas, diciendo lo mismo; las mismas versiones políticas; los mismos sucesos; siempre más del día anterior y del anterior al anterior.

Creo que mucha parte de la sociedad ya está cansada de siempre lo mismo. Necesita frescura, nuevas inquietudes, nuevos acontecimientos que le liberen del sistema actual.

Muchos periodistas quieren ser famosos a costa de ser más agresores que otros; ser más contundentes en sus reafirmaciones; entrometerse más en las personas; buscar cualquier intimidad que sobresalga, con el fin de diferenciarse de ellos; atacar a las personas tanto civiles como políticas que están comprometidas con temas delicados, abiertos, libres y sinónimos de justicia.

En fin, está sociedad está enferma, contaminada de siempre lo mismo, con unas carencias de cultura, de dinamismo, de evolución, de estímulos, tanto intelectuales como espirituales, que le aireen y exoneren de sus constantes pesadillas.

Aún existen intelectuales elevados, hombres y mujeres con sabiduría que van intentando deshipnotizar a muchos seres humanos que están perdidos en la jungla de la confusión, del conformismo, de la inercia diaria mediatizada y de sortilegios que vienen provocados por los que desean que esta sociedad, como las sociedades del mundo, sigan bajo el flujo de la idiotez.

Los desengaños son constantes; las angustias permanentes; las frustraciones perennes; así como las ilusiones perdidas; los sueños olvidados y los ideales dormidos. Una sociedad no puede avanzar así, siempre con lo mismo. Es una expresión repetida unas cuantas veces en este escrito, pero considero que debe utilizarse continuamente para darnos cuenta que siempre es lo mismo.

La felicidad o estabilidad personal: el equilibrio familiar; la educación; la intelectualidad y la cultura; la definición de la Ley Natural de la Vida; la dignidad personal; la autenticidad, lo que es; la honestidad y sinceridad; la libertad; y tantas derivaciones de la supremacía del Hombre, están totalmente anuladas en esta sociedad, impuesta por aquellos que necesitan descollar y no podrían si el nivel de preparación y formación fuera mucho más elevado.

Los indigentes intelectuales desarrollan con mucha astucia y eficacia unos tratamientos a la sociedad que les inunda de falsedades y pobres esperanzas de vida. En esta sociedad existen muchas elaboraciones, donde las traiciones, la hipocresía y la falsedad o mentira se han hecho frecuentes y habituales, degradando la magnanimidad humana.

La sociedad debe reaccionar ante estas penurias que vive. El ser humano debe buscar su felicidad, estar en paz consigo mismo, levantarse cada mañana con novedades positivas, llenas de esperanza y optimismo, imprescindibles para soportar el sendero individual como colectivo en la sociedad.

Debe abrirse a las nuevas corrientes de la vida, las que le traen más espiritualidad, una visión nueva, aunque derivada de siglos y siglos atrás, donde él sea alguien, con el respaldo de su soberanía. Hay que rechazar la esclavitud y el totalitarismo impuesto desde la política actual; alejarse de las impurezas que nos trasladan según que medios de comunicación y descartar la manipulación de los intrusos de la intelectualidad, según que artistas y directores de cine, “denominados pseudo intelectuales”.

El Don Natural de la Vida es para que el ser humano sea consciente de su grandeza y de la riqueza que alberga su inteligencia. Los avasallamientos de los inmovilistas tanto estatales como públicos o privados no deben ejercer su influencia en las actitudes y orientaciones de la sociedad.

No puede haber reglas que vengan del Estado, sino todo lo contrario. El ser humano nació libre y libre debe mantenerse, sin imposiciones ni mandatos estatales. Ya hay leyes jurídicas para quien no tenga una conducta honesta, pero nunca dirigida desde el Estado, con Decretos Institucionales que le obligue a vivir carente de libertad.

La familia es importante, quizás mucho más de lo que se ha planteado en la sociedad. Si reflexionamos sobre su garantía, su fecundidad de amor y respeto, sobre la evolución de sus componentes, nos daríamos cuenta del Valor de su composición.

Nadie debe interferir en la educación familiar ni en la de sus integrantes, y menos con Leyes estatales que condicionen su libre albedrío, su ejecución humana y espiritual, o su proyección personal.

La sociedad está triste, deshumanizada, traumatizada, lejos de la Reglas Universales y Humanas de una delicada convivencia, y muy ajena al respeto que se merece de sí misma. Los políticos muchas veces entorpecen esas dignas relaciones con medidas inapropiadas que suelen enfrentar unos a otros; pero el ser humano debe defenderse ante esas situaciones, reaccionar a tiempo y, sobre todo, nunca perder el respeto por sí mismo como por los demás.

En cuántas ocasiones ha habido interferencias de oriundos del país con inmigrantes, pero no por una acogida fría o distante o, incluso, por una ideología racista, sino porque la mala gestión de los políticos ha dado una protección a los inmigrantes, perjudicando y desatendiendo a los propios del país, lo que origina cierta alarma social, un descontento profundo y se convierte en recelos y, a veces, en hostilidades. La calidad del ser humano está por encima de esas desavenencias y no debe permitir la pérdida de los lazos humanos, y sí manifestar sus desvelos y reclamar a los políticos sus carencias sociales.

La sociedad está cabizbaja, porque no se atreve a mirar al cielo ni a su profunda agonía. Reacciona con aversión al acercamiento humano de unos a otros, por miedo, inseguridad y desconfianza. La mayor parte de la sociedad no confían ni en sí mismos, van perturbados día tras día, noqueados por sus propios conflictos. Y aquí entra la desestabilización del ahorro popular por la desastrosa gestión económica de un gobierno que ha perjudicado inmensamente a muchos españoles, a muchas familias que perecen ante su desarrollo cotidiano.

La decadencia de la sociedad es latente. La congoja y el sufrimiento están habilitando cada día más a personas que les impide vivir en condiciones normales, lo que debería ser hereditario en todos los seres humanos. Ya de por sí la sociedad nunca es estable ni está equilibrada económicamente como para que por las ineficaces maniobras de los políticos entorpezcan aún más sus posibilidades.

La sociedad está extenuada, agotada, consumida, exhausta, arruinada en sus conceptos más básicos: intelectualidad, cultura, espiritualidad, ética y todos los valores nobles del ser humano, sin penetrar en los más básicos como el hambre, el desahucio, el desempleo, en definitiva, la carencia económica, imprescindible para cubrir las mínimas necesidades.

Hay que resucitar. Aquellas personas que no estamos contaminados, que sentimos la vida con claridad, que nos enorgullecemos de seguir nuestras propias pautas, con los errores e imperfecciones propias del ser humano, mostramos nuestra cara abierta hacia los demás y les sugerimos que vivir es hermoso, que ser único es vital, que ser libre, imprescindible, y que valorar la Vida y conquistar nuestro aval de Hombre Universal es la mayor fuerza para seguir caminando por el sendero de la Ley Natural de la Vida.

Y aquellos que han elegido el camino del poder, donde están obligados, por Justicia humana y política, a desarrollar sus aptitudes, eficacia, honestidad y otros mecanismos personales a favor de la sociedad, realicen su verdadera labor, y no, en cambio, interfieran en esa realidad exclusivamente por su propio provecho, porque están perjudicando y obstruyendo la estabilidad de muchos seres humanos, al margen de perder su dignidad personal y política, despreciando la verdadera función de su auténtico proceder.



ÁNGEL SANZ GOENA
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1 Response so far.

  1. Este país esta siendo manejado por los mediocres y a estos nunca les interesará que estén arriba los inteligentes por eso han hecho,hacen y harán lo imposible por que los que estén arriba, a su lado, sean esa clase mediocre que es fácilmente manejable. Pero a lo que nos llevan es a un "estado" que tarde o temprano estallara en sus narices (o quizás ¿ya a empezado a reventar?: racismo, intolerancia.... ellos seguro que le pondrán un nombre que no les culpabilice a ellos. ¿Cuanto aguantaremos levantándonos cada mañana con la misma porquería? La verdad es que el horizonte no es muy alagüeño. Empecemos a poner nuestro granito de arena denunciando a tanto caradura y no votando a quien no se lo merece.
    Un saludo Angel.

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