ESPERANZA

Publicado por Angel Sanz Goena martes, 9 de noviembre de 2010 en 9:32 2 Comments


ESPERANZA



La esperanza es la fortaleza del amor. Es el motor que nos afianza en nuestros sueños, ideales, proyecciones…. La esperanza es la fuerza motriz de nuestra prosperidad.

Ante cualquier dificultad es la consistencia que permite conquistar aquello que pesa en el corazón. Cualquier planteamiento racional es empujado con la solidez de la esperanza.

Puede haber inquietudes, incertidumbres, cualquier anomalía que posponga nuestro anhelo en conseguir algo, pero la esperanza es el vigor, la resistencia, el valor, la entereza, el brío, por lo que nos empuja a vivir como a sobrevivir.

El ser humano tiene sus dones como sus imperfecciones, y con todo debe avalar y garantizar su propio proceso personal como espiritual. Lo que nos ha dado Dios son instrumentos para crecer como personas, incluidas las imperfecciones. Precisamente con ellas debemos evolucionar, deben ser nuestras amigas y no nuestras enemigas.

Lo que hay negativo en nosotros lo despreciamos, lo infravaloramos, para resucitar exclusivamente con nuestros dones o valores personales. Pues no, nuestras carencias, imperfecciones, complejos y oscuridades profundas son parte de nuestro proceso y debemos asumirlos, amarlos y venerarlos.

La esperanza es el resurgimiento del desastre a la victoria. Es la grandeza del beneficio de las constantes batallas. Esperanza: esperar que algo se cumpla, que algo llegue, que algo se consiga……

Todo lo que vive en el ser humano es grande como grande debe ser su estímulo en desarrollarse como persona. No es cuestión de ser un buen profesional, un buen técnico, inteligente o eficaz, es cuestión de en un gran ser humano.

El ser humano no se estudia, no se plantea quién es o qué es su vida. Escasas personas profundizan en la salud de su alma. Siempre hay virus que contagian unos a otros, pero cuando un ser está vacunado completamente, porque él es siempre él, ya no hay contaminación, hay esperanza en avanzar en su propio proyecto espiritual.

Los defectos, como los estímulos o desajustes humanos, siempre nos representan, siempre comparten nuestras victorias o derrotas, porque están impregnados en nuestra alma. Es cuestión de aprender con ellos, de arriesgar con ellos y de trascender con ellos. Hay que amarlos.

Siempre valoramos lo mejor de nosotros y restamos lo peor, lo que no nos gusta, lo que no reconocemos como nuestro, aquello que nos acompleja. Tema muy delicado, porque así no hay probabilidades de superarse como personas. Nos avasallamos constantemente a nosotros mismos y dejamos de auxiliarnos. Nos desautorizamos continuamente o, incluso, ni nos llegamos a plantear quiénes somos.

La libertad reafirma la esperanza. La libertad del ser humano es compromiso, es implicación. No es cuestión de ser libre, para hacer lo que cada uno ve conveniente, sino que la libertad es el vehículo que nos conduce al desapego de nuestros obstáculos espirituales.

La libertad avala la esperanza como la esperanza nos muestra nuestra libertad. Ser libre es la auténtica esperanza del Ser Superior para tener la auténtica autoridad consigo mismo. Hay que acreditar la representatividad del ser espiritual en nuestro ser terrenal.

Dios formó al Hombre con muchos instrumentos, de los que engrandecen como restringen, pero, curiosamente, los que restringen son los más necesarios para comprender los que engrandecen: es un análisis de la Virtud del Hombre. De ahí, que el Amor de Dios es nuestro amor y la ignorancia, como carencias o precariedad humana es la grandeza que nos muestran lo que somos y lo que debemos atisbar.

El resplandor Divino es nuestro resplandor. Y para aprehender la Sabiduría y Conocimiento Divinos, hay que estimular nuestras parcelas, nuestro Pilar Humano y Espiritual.


¡Qué esperanza tengo en ser el Hombre que rastrea cada piedra de su camino!



ÁNGEL SANZ GOENA
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2 Responses so far.

  1. Hola Ángel, siempre es un placer leerte. Hermosa palabra "Esperanza", sin esperanza, la vida sería mucho más dura.

    Un gran abrazo. Isabel

  2. Es más sano y positivo creer que dudar. La esperanza mantiene vivo los sueños, sin ella se extingue el esplendor de nuestras vidas. Ya estoy mejor Angel. Poco a poco empiezo a visitar los blogs amigos.
    Te dejo un cariñoso saludo

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