HONOR
¿Qué representa la palabra honor? ¿Cuál es la referencia principal de un estandarte humano, propio de su más elevada conducta y método de asentamiento personal y espiritual? ¿No se llama honor?
El honor es integridad, dignidad, referencia de una persona elevada de principios universales y humanos. El honor es educación, sana convivencia, respeto, mirada elevada, conducta sobria, aun con los propios errores humanos.
El honor es garantía de confianza, de rectitud, de rigor, como, asimismo, de flexibilidad y de tolerancia. El honor es la grandeza del ser humano contrario a la mísera conducta hipócrita, traicionera y cobarde.
Cuando reflexionamos sobre las actitudes nobles del ser humano, aparece la palabra honor; como cuando nos introducimos en la palabra malvado, emana codicia, malicia, perversión, corrupción, ….
La honestidad, clave de una persona con honor, es fundamento de confianza, de lazos humanos, de estrategias benignas. En cambio, la maldad no lleva ni sinceridad ni honestidad, sino miseria humana.
El honor canaliza los mensajes universales y los transforma en puras racionalidades, empleando métodos y palabras apropiadas, más accesible a un mensaje terrenal.
El honor es un don maravilloso, porque induce a lo verdadero, a lo real, propio de los Valores Tradicionales de la Historia del Mundo.
El honor es excepcional. El honor tiene unos valores personales muy elevados en el individuo con un poder que debe estar latente siempre. El honor atrae la sensibilidad más extraordinaria del alma. Cada ser humano tiene unas características y no puede modificarlas, sino crecer con ellas, con lo que es, pero siempre identificado con la espiritualidad o formación personal. Ser honorable es un privilegio, y más porque es el sueño e ideal del sentido de la Creación. Es la Doctrina Secreta de los Tiempos y nunca debe olvidarse, más bien, potenciarse. Es el don preciado del Amor y de la libertad, otro don que fortalece al ser humano, aunque lo compromete mucho más.
El honor busca en la realidad de estos tiempos quién es, no en la sustancia de atrás, ya que lo que le toca vivir en las circunstancias actuales, le desprotege y desampara, estando perdido en los abismos de la ignorancia y de la codicia humana.
El honor es como el alma pura, la dulzura hecha amor, pero tiene que aprender a ser firme sin desgastarse, sin enfrentarse con hostilidad, sin poner mecanismos de autodefensa, sin promover discursos mediáticos y con la dulce expresión de una persona con confianza en sí misma.
El honor es una maravillosa figura tanto externa como interna, para aquel que lo ejerce.
El honor lleva discreción y seguridad, porque es el camino grabado en los senderos del alma.
El honor es el comienzo del Libro Sagrado de la Vida, de la Sabiduría de los Tiempos, de la Grandeza de la Creación, del Método Histórico del Amor.
El honor potencia la estabilidad en la comunicación humana, la confianza en el ser humano y la libre disposición a la ejecución más dificultosa del sendero terrenal.
Ángel Sanz
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Un hombre se hace hombre en el ejercicio del honor. Y la mayor recompensa para éste es la honra, que es fruto de las propias obras. Siguiendo la luz de la razón, cumpliendo con el deber, el universo retribuye al hombre de alguna manera lo que éste le da al universo. De la misma manera que no concedemos el mismo valor a un canto del río que a una piedra preciosa, nunca deberíamos considerar de la misma manera a un hombre de principios que a un sujeto sin ellos. El honor es la poesía del deber y debe cultivarse.
Estupenda reflexión Angel.
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