FIESTA NACIONAL



Nunca me había planteado estar a favor o en contra de los toros, simplemente lo aceptaba como una tradición cultural muy relevante de este país.

Ahora, cuando está tan actual el enfoque de la eliminación de la Fiesta Nacional, es cuando unos mecanismos, tanto emocionales como racionales, se mueven dentro de mí.

Cuando percibo, equivocadamente o no, con razón o sin ella, que hay movimientos políticos detrás, para eliminar la citada tradición, en particular, porque responde a una Fiesta Española, me produce un cierto desasosiego interior.

Cuando los mecanismos de poder se refugian a través de asociaciones que dicen respetar a los animales –me gustaría saber qué animales, en qué circunstancias, y cuáles son sus motivos ideológicos y personales, bien propios como de la propias asociaciones-, me induce a pensar que hay alguna estrategia detrás de ello.

Asimismo, con referencia a las asociaciones humanistas –en sus muchas derivaciones-, me encantaría saber si cuando hay algún incentivo elevado o subvención especial, componentes o dirigentes de la misma ejecutan con la máxima firmeza su intransigente ideología.

El dinero mueve a los seres humanos y pocos, muy pocos, son los que se mueven con integridad y dignidad antes sus ideales como valoración humana y espiritual.

Asimismo, me gustaría saber también, que aquellas personas que tanto defienden a los animales -caso de ser cierto y que tanto se les abre la boca pronunciándose a favor de ellos- defienden a los seres humanos, es decir, no provocan ninguna actitud traicionera, cobarde, déspota, cruel, …… en fin, algún acto hipócrita u otra serie de malas intenciones hacia sus conciudadanos.

Es algo que siempre me ha interesado saber. Sé, positivamente, que en todos los órganos sociales como espirituales siempre hay buenas y malas personas, pertenecientes a cualquier colectivo, pero, claro está, cuando se toman decisiones muy emblemáticas que pueden perjudicar todo un sistema cultural y tradicional de un país, habría que planteárselo o, al menos, profundizar en él.

Es curioso que haya leyes que permitan la muerte de seres humanos que no han elegido venir a este mundo, y más con plena libertad en edades precarias para saber si la decisión es correcta o no –porque tomas de decisión así está condicionado incluso a personas maduras-, y, en cambio, haya otras que apoyen la vida a un animal, exclusivamente porque les parece oportuno, cuando resquebraja fundamentos sociales y tradicionales.

Creo que habría que profundizar en la auténtica verdad de este movimiento y las circunstancias que han rodeado a este planteamiento tan radical, ya que existen unas secuelas secundarias, cuyo motor produce desavenencias entre personas y, a la vez, elimina vestigios de nuestros antepasados, aquellos que han ido elaborando la cultura y tradiciones de la actualidad.

Jamás he ido a una corrida de toros, pero me encantan los toros. Siempre he dicho que hay tres animales que simbolizan la representatividad del conjunto animal, por su fuerza, elegancia y nobleza, siendo el león, el caballo y el toro, respectivamente.

Cuando veo el toro de Osborne por las carreteras que transito, me emociona, me encanta y me genera una sensación de acercamiento a la Tradición y Cultura Española. Creo que no queda en una mera publicidad sino en la real representación y símbolo de nuestras tradiciones nacionales, con la referencia de un emblema español por el mundo. Quizás esa coyuntura moleste a algunos políticos, y ese es otro tema. ¡Vaya por Dios! Lo que representa algo puramente español es de respetar y amar, porque fortalece a España y seduce a las Costumbres Españolas.

Soy un admirador de la nación española, cada rincón de este país es maravilloso, y cuando veo, o intuyo, que puede haber estrategias en contra de lo que representa España, me enerva y me genera un desafío afinado.

Cada ser humano es libre y tiene su propia opinión, y es como debe de ser, pero no es consecuente que personas se aprovechen de las fragilidades o debilidades humanas para sacar beneficio de ellas. Ese es un mal método para sacar rentas y satisfacer su ego o estratagema política, viendo como los demás se deshacen en contradicciones o se rebelan unos contra otros -siendo lo menos perjudicial-, ya que se puede llegar a enfrentamientos y enemistades.

Por ello, hay que desacreditar a los fanáticos y a los aprovechados –por el lugar que ocupan políticamente- cuando pueden perjudicar a una nación. No quita a que haya personas, por convicción propia, que estén en desacuerdo con la Fiesta Nacional, creyendo, honestamente, que el toro sufre y es una “animalada” lo que se hace con él. Esa es una apreciación lógica y humana y es muy respetable. Y hace falta tener una gran personalidad, para que la ejecución de esas maniobras no les llegue y les movilice, bien verbal o activamente.

Aun así, pienso que la bravura del toro queda eliminada en la exclusividad del pastoreo, en el deleite de su libertad pastando, porque quitaría su propia potestad y el honor de su estirpe. El toro es mucho más que una vaca, es un animal grandioso, prestigioso y de una fuerza prodigiosa, entonces ¿sirve exclusivamente para pastar por el campo?

Son reflexiones que se hace una personal normal y sencilla, totalmente desconocedora de la vida del toro, pero sí sé que la Fiesta Nacional es de él y no del torero. Es el reconocimiento a su valor y a su grandeza.

Sigo creyendo en la Fiesta Nacional, en España y en sus Tradiciones, porque es la Riqueza de esta Nación. Y precisamente eliminarlas y generar vacíos solamente pueden desorientarnos y paralizar su progreso y evolución.


Ángel Sanz Goena
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