HIPOCRESÍA POLÍTICA


Me sigue provocando perplejidad como las hipocresías políticas siguen avanzando en nuestra sociedad española como aragonesa.

Al margen de ideologías ni pretensiones políticas, simplemente como ciudadano español y aragonés, siempre he creído que hay que respetar en unas votaciones a quien el pueblo designa como ganador.

No sirven los acuerdos ni las estrategias hipócritas o decisiones fundamentadas en traiciones o en ambiciones y rencores.

Cuando en unas votaciones la mayoría de los ciudadanos vota a un líder político, de una forma substancial, considero que se debe respetar la votación ciudadana y dar paso, aunque sea en minoría, al candidato mayor votado.

Esta persona que subscribe este documento no pertenece a ningún grupo político, no sigue a ninguna fuerza política, no se subscribe con ninguna tendencia política ni se inclina por ningún sueño político; más bien, es un ciudadano libre que quiere seguir siéndolo siempre, para votar en cada circunstancia a quien entienda pueda favorecer a la ciudad o nación, aunque, como es normal, haya motivos personales, en según qué ocasiones, que elija el voto de castigo o seguir un programa político.

Hace unos días se han celebrado las elecciones a los Ayuntamientos como al gobierno de las Autonomías en España, al menos en esta región aragonesa.

Me ha sorprendido mucho que un partido como es la CHA, que han estado criticando al actual alcalde de Zaragoza, Sr. Belloch, que veían en él una persona no adecuada para gobernar, ahora se proclamen seguidores de él o, al menos, darle el voto de confianza para que gobierne. ¡Vaya actitud!

Si el candidato del Partido Popular, Eloy Suárez, ha sacado 5 escaños más que el actual alcalde, con pleno derecho a gobernar, es tremendamente injusto que sea relegado exclusivamente porque la CHA lo considera inadecuado o inaceptable, cuando la mayoría de los zaragozanos lo han considerado como la persona más idónea para ejercer de alcalde. ¿Será por rabia, rencor o, quizás, por algún otro tema?

De todas formas, sigo creyendo que el candidato más votado debe gobernar, permitirle, aunque sea en minoría, que forme gobierno y comience a ejercer su programa. Siempre tendrán la oportunidad de no aprobar las reformas o gestiones que el actual alcalde proponga.

Creo que la democracia es mucho más que creerse imprescindibles en según que planteamientos; y, como no, dar un voto de confianza a lo que ha elegido la soberanía popular, es decir, a lo que el pueblo zaragozano ha deseado.

Muchos problemas se les va a originar a la CHA, porque están, precisamente, eludiendo su compromiso político de lo que representa la justicia política, y más, cuando han menospreciado la labor del alcalde anterior.

De todas formas, la mayoría de las veces, según que decisiones políticas se toman repercuten en contra de sí mismos, porque hay que considerar siempre que secuencias te llevan a consecuencias, y cuando surjan los verdaderos problemas en el Ayuntamiento, que será lo más probable, tendrán su grado de responsabilidad, ya que han sido los que apostaron por quien casi nunca lo han catalogado como buen alcalde.

Y aquí no valen justificaciones ni excusas, diciendo que el alcalde anterior, Sr. Belloch, no es el PSOE, porque, en realidad, e insisto, siempre han comentado sobre la política del alcalde y no la del partido.

¡Qué desastre! La democracia está más allá de los juegos de niños, que juegan a ser hombres. Las categorías humanas, profesionales, intelectuales y políticas están marcadas por la dignidad, el honor y la transparencia, y no por querer ser lo que no se es. O por la creencia de ser relevantes ante una determinación, por ser la llave de una puerta política, cuando no es así, porque aún te exige mayor madurez, responsabilidad y compromiso. Y ahí es cuando se demuestra la categoría del partido político.

Bien está los errores y equivocaciones, pero no los sistemas dictatoriales apañados en democracia. Se ha criticado en exceso el argumento del tranvía, pues cuando resquebrajen parte de Zaragoza, simplemente porque al Sr. Belloch se le ha ocurrido ser el Gran Alcalde de Zaragoza –si podemos definirlo así-, ya veremos a ver que manifiestan los de la CHA.

Y así, tema tras tema. Porque a mí, como ciudadano, me gustaría tanto saber cómo está la economía del Ayuntamiento como conocer la categoría personal y profesional del Sr. Alcalde, máximo dirigente político de la ciudad.

Porque un alcalde es la máxima autoridad de una ciudad y se le exige ser una persona digna, con una categoría política y humana pertinente a su representatividad tanto local como nacional e internacional.

Siempre he creído en la voluntad popular, en la fuerza de la sociedad como Estamento Único, como Poder, y que su palabra trasciende a que unos políticos gobiernen con su consentimiento. En realidad, una sociedad no puede gobernar y de ahí que se apueste por unos candidatos para que gobiernen en su nombre, pero siempre ante el aval de la sociedad.

Y aquí, en este caso, lo repito nuevamente, la sociedad ha elegido al candidato del Partido Popular, debiéndose respetar a la Voz Popular, la Voz del Pueblo Zaragozano.


¡Pobre Zaragoza!

Cuando se tienen que unir tres partidos, para que el más votado no gobierne, siendo, además, por un único escaño de diferencia, ¡vaya problema! ¡Cuántos derechos habrá que ceder! ¡Cuánta ambición queda en el camino! ¡Qué mediocridad! ¿No saldremos nunca de un provincianismo profundo?

Y más, cuando tanto la ciudad como la región y toda España están deseando un cambio estructural político. Quizás cuando los grupos de izquierdas se perpetran en el poder, luchan hasta la extenuación para no perder el sillón, gobernando o sin gobernar, pero presidiendo sus funciones protagonistas de poder. ¡Qué triste realidad!

¿Habrá alguna rivalidad con lo que se considera la derecha española? Es una pregunta que me he hecho permanentemente. ¿Por qué cuando el Partido Popular tiene la posibilidad de gobernar hay una unión estremecedora entre los grupos de izquierda? ¿Qué tienen contra esa tendencia?

Porque la persona que relata este escrito, que en la historia de la democracia de España ha votado a diferentes partidos, tanto de izquierdas como de derechas -si así entendemos el panorama político español-, que cree en la fuerza del pueblo soberano, que entiende que lo que se vota en mayoría es para que se cumpla, para respetarlo por dignidad política, está defraudado con este partido político que es la CHUNTA ARAGONESISTA.

Mucho nombre, pero pobre de espíritu. Mucha resonancia con Aragón, pero mucho partidismo personal. Mucha arrogancia aragonesa, pero pocos resultados eficaces.

Me imagino que tanto los zaragozanos como los aragoneses querrían tener una gran ciudad, unas buenas comarcas, unos buenos pueblos y una buena región o autonomía. Creo que no es cuestión de derechas ni de izquierdas, sino de planteamientos políticos consecuentes, para un buen desarrollo político, social y humano. No tiene que entremezclarse envidias o tormentos personales cuando hay algo mucho más importante: la evolución de una ciudad, de un pueblo, de una comarca, de una nación, ……

Los rencores personales u odios ancestrales no son los más convenientes en una trayectoria política que pretende renovar y avanzar en un bien común para la sociedad, y, en particular, la aragonesa, que está mermada y con necesidad de un crecimiento importante. Y para ello, hay que dar paso a nuevas fuerzas políticas cuando las anteriores no han sido consecuentes ni han sabido gestionarlo adecuadamente.

Zaragoza es mucho más importante que un fundamento infantil para menospreciar una votación popular a favor de un candidato político, pretendiendo anular su derecho a gobernar.


ÁNGEL SANZ GOENA
www.colordelalma.com

1 Response so far.

  1. Desconozco la realidad de Zaragoza Angel, pero estoy de acuerdo contigo en que hay que permitir que gobierne quien ha sido libremente elegido por el pueblo. La mayoria decide y esa decisión debe ser cumplida a rajatabla.
    Esto que cuentas y muchas otras cosas que están ocurriendo verdaderamente dan lástima y no sé a donde vamos a llegar si no se pone coto a tantos desastres.
    Te dejo un saludo

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