ARTE Y CREATIVIDAD



El arte es creatividad, pero no toda creatividad lleva arte. Me gustaría saber la opinión de los verdaderos creadores y críticos del arte de la pintura en la actualidad. Habrá mejores o peores pintores, pero entiendo que todos los que pinten no serán artistas, dentro de la denominación “Arte”.

Es tan elevada esa palabra, tan sublime, y lleva tanta creatividad, sensibilidad y formación artística, que no es lógico que se emplee en cualquier expresión pictórica, ya que menosprecia e insulta tal expresión.

“Arte” es el simbolismo de la Creación Universal en su grado más terrenal. Lleva sensibilidad, creatividad, amor, profesionalidad, preparación, ilustración, toda una representación de la expresividad más elevada del ser humano.

Por ello, pintar cualquier exteriorización sobre un lienzo no es arte, será una forma de testimonio personal sobre una sensación o sentimiento que quiera trasladar externamente. Pero para que sea arte debe llevarlo.

Esta persona que transcribe este escrito no es una persona cualificada en el arte, pero sí profundamente introducida en el desarrollo tanto humano como trascendental. Por ello, quizás sea un atrevimiento hablar de arte, pero es indudable que mi preparación artística, torpe, normal o adecuada, me permite, al menos, opinar sobre él.

Hasta personas, aun muy introducidas en el mundo artístico, tienen sus diferencias sobre el “Arte”. Es indudable que mi persona tenga menos relevancia en la opinión sobre él, pero es una inquietud latente que ha tenido siempre, que le ha impresionado tanto, que su existencialismo le ha generado y le genera una gran incertidumbre o, más bien, una gran inquietud.

Para algunas personas este pequeño relato puede ser ignorante, como para otros puede llegar a ser interesante, pero ¿está bien escrito? La manifestación se puede entender, pero, ¿están bien escritas las oraciones? ¿Lleva el tratamiento gramatical adecuado?

Por ello, dejo la interrogación sobre el arte. Lo importante es la creatividad, la sensibilidad, y ya es de aplaudir a aquel que pone en marcha un trocito de su corazón, da respiro a una célula de su alma, trasciende a rincones de la razón y pone al descubierto sus pensamientos y sensaciones, porque, al menos, expresa parte de su intimidad, de su yo personal que está resguardado por la fuerza de su subconsciente.

Atreverse a crear algo es de valientes, porque lo transmite el fondo de sí mismo, aunque no llegue a la supremacía de ser “ARTE”. El hecho de difundir sus inquietudes por la fuerza e instinto de su ser interior es digno de admirar, porque dignifica sus características personales, sean las que sean, pero hay que ser consciente, asimismo, de que sean procedentes.

No es cuestión de buscar el lado más purista del arte, es simplemente valorar el arte ante su irreverencia. Hay que diferenciar lo que es a lo que no es, porque, si no, siempre caeremos en el error de que todo es válido, desde lo vulgar a lo elegante; de la educación a la grosería; de lo natural a lo antinatural; del inteligente al torpe; del sabio al ignorante; es decir; de la valoración real y acertada a la que no lo es.

De ahí proviene la inteligencia, la sabiduría, la cultura, para saber diferenciar lo que es a lo que no es; porque cuando un ignorante se atreve a valorar algo que le supera, es, precisamente, cuando cabe el error. La mediocridad o, más bien, la colocación de personas no cualificadas en lugares culturales, intelectuales o artísticos, permiten el balanceo de la autenticidad del arte real.

Precisamente lo manifiesta una persona que ha hecho una pequeña incursión en el mundo de la comunicación escrita, cuando es consciente de su precaria instrumentación literaria y gramatical, pero accede a ese mundo por la necesidad vital de transmitir su pequeña dosis de humanismo y espiritualidad. ¿Es “ARTE”? No lo creo. Es, simplemente, una forma de expresión apoyada en las mejores intenciones de provocar el crecimiento personal en muchos seres humanos inundados de angustias, oscuridades, tremendas penurias y con el imperativo de avanzar en su camino diario.



ÁNGEL SANZ GOENA
www.colordelalma.com
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1 Response so far.

  1. Yo sólo quiero añadir mi humilde opinión, ya que no creo tener cualificaciones para decir que es arte y que no lo es.
    Pero esta claro que sólo una cosa termina decidiendo que es arte y que no. Y es el tiempo y la valoración que le da este. Si la obra merece llamarse arte, eso perdurara y sera conocido a través del tiempo, si no lo es el tiempo se encargara de eliminarlo. De nada sirve que políticos, lameculos y críticos advenedizos encumbren algo a arte, el tiempo terminara poniendo a cada uno en su sitio.

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