TE VAS
Me despido de ti con unos besos que estaban
esclavizados en mi corazón a la espera de ser conducidos a la persona amada. Te
miro y tu mirada sensibilizada con los besos eternos, llenos por la ternura del
tiempo y poseídos por la sensualidad de mi ser, penetra por mis entrañas y me
susurra bellos cantos de amor.
Te vas, pero me queda la fragancia de un
perfume de amor, del aroma de una complicidad del alma, de la sensibilidad de
un corazón despierto, de la magia de una mujer que ama, sabe amar, y deleita
con su magnetismo lo más hondo de mi ser.
Te vas, pero sigues estando en mi y conmigo.
Se va tu cuerpo impregnado de mi amor, pero queda la sustancia universal que
fluye por tu alma. Te vas, pero en el espacio que vas a recorrer mis vibraciones
pasearán por el sendero de tu tránsito inmortal.
Te vas, pero mi ardiente corazón y sus
palpitaciones prolongadas y perturbadas por la pasión seguirán perennes.
Sentimientos y sensaciones surgirán de la nada, del vacío, de los abismos de
unas emociones encontradas, socorridas y ejecutadas.
Te vas, amor mío, pero no te alejas. Siento
como tus manos etéreas rozan las mías y como tu mirada sigue profunda y cálida
cruzando los horizontes del espacio tiempo.
Ya no te vas, queda tu imagen serena, dulce,
cariñosa, la que en el proceso de nuestra comunión de almas y cuerpos bendijo
permanentemente cada poro de mi piel, cada célula de mi cuerpo y cada realidad
de mi espíritu.
Ya no te vas, porque nuestros espíritus se
reencuentran. Lo no perecedero está presente en esta nueva configuración de
cuerpos físicos y etéreos.
Ya no te vas, ya estás presente de nuevo. Te
siento como nube fugaz que atraviesa los horizontes físicos y se asienta en las
planicies espirituales.
Estás conmigo. Siempre es nunca y nunca es
siempre, porque las encrucijadas del destino y las Leyes de los Seres de Luz
completan con sus códigos el camino espiritual y humano.
Amo la simplicidad de los mensajes
espirituales en las sensaciones y sentimientos humanos, porque su majestuosidad
enlaza la sensibilidad humana.
Ángel
Sanz Goena
Sensacional, meu querido!
Beijo de luz.
yo me quedo aquí :)
abrazos