¿DÓNDE VA LA HUMANIDAD?
En el proceso humano, desde los tiempos más remotos hasta la fecha, ha habido muchas transformaciones y cambios en la humanidad, pero creo que lo que más le ha distinguido es su involución espiritual.
Lo que significa el verdadero sentido espiritual del hombre ha decaído y alejado del autentico significado de la Creación del Hombre Universal.
La Tierra, planeta aún no avanzado en el Universo Espiritual, pero protegido y amado por su Creador, y guiado por Seres Espirituales que lo vigilan constantemente, vive uno de sus momentos más materializados y menos espirituales.
El ser humano es grande como visión espiritual, pero muy alejado de la comprensión más profunda universal.
La concepción espiritual, a través del ego o alma, instrumento enviado por el Espíritu, está concebido para que tenga un sentido de realidad espiritual mucho más avanzado que los animales o cualquier otro ser vivo.
El Hombre tuvo el privilegio de trascender de su propio instinto inicial a varios estadios nuevos como son la razón y la mente espiritual.
Si pudiera describir las capas de las que está compuesto el hombre, diría, por orden mayor a menor densidad, que serían las siguientes:
1º Cuerpo físico
2º Cuerpo etéreo
3º Fuerza Vital
4º Mente instintiva
5º Intelecto
6º Mente espiritual
7º Espíritu
Desde el cuerpo físico, acompañante del alma, hasta el propio Espíritu, Ser Vivo Universal y preservado en las Planicies Celestiales, todos y cada uno de los componentes acompañan al ser humano en su desarrollo y evolución.
Si fuésemos conscientes de esa maravilla, de saber que somos componentes de algo inmortal, sentiríamos más necesidades de promover nuestro encuentro espiritual. Las sensaciones espirituales, lejos de las mudanzas humanas, protegen, alimentan, conducen e informan del existencial camino del Hombre.
Estamos muy apartados de una vida espiritual amplia, más cercana al real propósito de la Creación. Bien está que vivamos con la materia, con la tecnología, con el intelecto, con todos nuestros niveles terrenales, pero nunca debemos alejarnos de nuestro verdadero ser, del Proyecto Universal hecho para el Hombre, en definitiva, para este planeta.
En este momento de la Historia Humana, viviendo en una decadencia de valores universales y humanos, que nos arrastran a la desidia, a la vulgaridad, a la parte más baja del instinto humano, no estamos empleando nuestra fuerza espiritual, nuestro conocimiento real, nuestra sabiduría innata derivada de la instrucción del Universo, y ello nos acomoda en la pasividad, en la búsqueda de la felicidad material, de una ciencia ortodoxa y sumamente racional, donde las evidencias no encajan con su triunfalismo acomodado a una visión excesivamente terrenal.
La mente espiritual esta dotada de fantásticas veredas de conocimiento, amor y sabiduría, y, precisamente, en estos momentos de la contemporaneidad humana vagan las carencias del Hombre Espiritual.
La Existencia Infinita, Inmortal, es la referencia de la Luz Universal, de la Luz del Dios que creó lo que se ve y no se ve; lo que se imagina y no se vislumbra; lo que existe y se desconoce; porque aunque haya unos mecanismos de comprensión terrenales, existen otros desconocidos para el hombre, pero que, en cambio, son componentes de la Gran Creación Universal.
El ser humano debe retroceder a las etapas más espirituales y, a la vez, avanzar en un equilibrio espiritual y terrenal. Debe crecer en la Tierra, pero con los ojos del cielo; ejercer como hombre, pero siendo Dios; avanzar como caminante espiritual eterno.
Si la mayoría de las personas sintiera la incomparable y maravillosa energía del Universo, se plantearía vivir de otra manera. Simplemente conque su personalidad terrenal se afianzara en sí mismo, equilibrara y armonizara sus estadios internos, la luz del espíritu ejercitaría su poder a su favor. Le aportaría la garantía de saber quién es y desarrollarse en su celestial sendero.
El Universo es un desconocido para el hombre, y hay tantos universos conocidos y desconocidos, como células tiene el ser humano. Y tras cada uno de nosotros, con nuestra magnitud de células, sería como la grandiosidad de Universos y Universos que habitan en la Manifestación de la Vida. Incomprensible e incierto para esta raza humana, pero, en cambio, Su alimento, Su amor y Sus rayos místicos son lo que podemos sentir, percibir y desarrollar dentro de nosotros.
No es cuestión de adivinar qué somos ni en qué parcela del Universo nos corresponde estar, simplemente acercar nuestro corazón universal al mecanismo de la Naturaleza y del Universo.
Si utilizáramos nuestro potencial humano y espiritual, seríamos los auténticos reyes de nosotros mismos y no los mendigos de una deteriorada pobreza espiritual.
Valoremos la vida; respetemos a las almas vivientes, nuestras compañeras eternas; confiemos en las personas decentes, honestas y verdaderas; amemos a quienes nos aman; protejamos a quienes nos necesiten y sean fieles compañeros de viaje; y dejemos que sigan su éxodo aquellos que desprecian a su propia estirpe, peregrinos de su raza, que, como vagabundos perdidos en el amor, vagan por los caminos inexplorados de la suciedad y miseria humanas.
La vida es un escaparate para vivir, sentir, vibrar y valorarla, intentando ser verdaderos seres humanos, con sus miserias como con su grandeza, siendo muy importante reconocer quiénes somos.
Estos momentos tristes de la historia del hombre finalizarán con la entrada de la nueva Energía Crística, que avanza protegiendo a los voluntariosos de las buenas costumbres y destruyendo a sus agresores.
La maldad, la avaricia y la codicia, que abundan excesivamente en este mundo de hipocresías, traiciones y cobardías, tienen mucho que luchar para seguir manteniendo su liderazgo, cuando el amor, la sabiduría y el conocimiento universal introduzcan sus Leyes y Métodos, mostrándonos la Verdad Única.
Sintamos ese Gran Poder del Universo, del Creador, de los Seres y Jerarcas Universales que buscan nuestra constante evolución personal y colectiva.
El Amor es la garantía del Universo de Universos, y como tal, la riqueza del ser humano.
ANGEL SANZ GOENA
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VIDA EMOCIONAL
¡Qué fuerza tiene el ser humano al vivir sus emociones!
Es maravilloso y necesario comprobar los sentimientos tan extensos que tiene el ser humano para disfrutar de la vida. Un sin fin de oportunidades en sentir emociones, expresiones libres de sentimientos, de sensaciones, que provocan un crecimiento de vida constante.
Ser capaz de demostrar el cariño, la amistad, la admiración hacia alguien, es una expansión de nuestros sentimientos.
Sentir una mirada, abrazar, besar, transmitir el amor terrenal, pasional o, incluso, más espiritual en esos momentos, es un privilegio para aquel que lo cultiva.
Sentir la vida es el don más preciado que hay: gozar con un paseo, observar una flor, trascender a un ocaso estival, vibrar con una aurora, tocar el rocío primaveral mientras la mirada contempla el sol naciente, examinar el vuelo de un ave, aplaudir un acto benévolo, contemplar una noche estrellada, ……. y tantas cosas que mueven las emociones, sucesos diarios que nos inducen a entusiasmarse con la vida. ¿Es eso vivir?
Las emociones están presentes en nuestras constantes experiencias y su juicio más benigno es explayarse con dinamismo y alegría.
En cambio, cuando las emociones se alteran, pierden su nivel de estabilidad, se perturban, su propia inestabilidad alcanza momentos de hostilidad y modifican su grandeza en vivencias catastróficas, agresoras e incómodas que obstaculizan su deleite por la vida.
Así como las sensaciones espirituales nos vinculan a estados más elevados, más trascendentales, donde el sentimiento es más sereno y armonioso, las sensaciones emocionales nos conducen a vibraciones fuertes que cautivan y engendran una excesiva fuerza por vivir.
Explosionando las dos sensaciones juntas, ocasiona que el ser humano se embriague de un amor exuberante.
Es un santuario virgen aquellos que vibran sólo espiritualmente, que únicamente vierten su abundante serenidad en un universo profundo, pero, en cambio, las emociones son, bien desarrolladas, el salvoconducto de la alegría y el motor del ser humano en esta vida.
La fuerza y fortaleza en disfrutar, apreciar y hallarse en la vida es rastrear y explorar las emociones, intensificarlas y potenciarlas, viviendo y desarrollando su sensibilidad, su gran riqueza.
La huella de las emociones queda grabada en el alma, y como cualquier acto de nuestra vida, dan fe de nuestra existencia. De la misma manera que nuestras apetencias y búsquedas por nuestro mundo espiritual nos permiten avanzar en nuestro camino universal.
La razón o símbolo propio humano, evidente en la conducta terrenal, acoplado a las emociones, sentimientos y sensaciones exclusivamente humanas, junto con nuestro universo espiritual, conducen al ser humano por el sendero y la huella de su evolución.
El mayor homenaje que puede hacerse el ser humano es vibrar, infundirse e inculcarse el inigualable ingrediente de su felicidad. El ingenio, nacimiento de su inteligencia; el ímpetu, fusión de sus emociones; y la espiritualidad, colofón de su senda celestial, forman el cuerpo de su naturaleza humana, que trasciende, en gran medida, a su desarrollo físico.
Vivir es participar de esta vida. Sentir es oxigenar las emociones. Y conmoverse, entusiasmarse, es experimentar la existencia.
ÁNGEL SANZ GOENA
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SUEÑOS Y POESIA
La belleza de la poesía es comparable con un precioso ocaso, con un silencioso atardecer, con un luminoso amanecer, con la historia de amor más hermosa, con la evolución personal y espiritual del ser humano, en definitiva, con cualquier hecho de la vida. La poesía trasciende al desarrollo del intelecto del ser humano: la búsqueda de la sensibilidad de las cosas, del mundo universal, de las realidades cotidianas seducidas con los ojos internos del amor.
Y como no, los sueños. ¿Qué sería esta Tierra sin los soñadores, filósofos y poetas? Sería un lugar sin esperanza ni ilusiones, sin ideales ni profundas vivencias. La fascinación de los poetas y de los soñadores, que experimentan con el mágico mundo tridimensional, permite que nos acerquemos más a la expansión sublime como realista del hombre en la Tierra.
Captaciones más allá de lo habitual, con más perspectivas de la vida: nuestros anhelos, aspiraciones, y la fuerza de una existencia real, creadora y experimental. Conectar y abrir las puertas del amor, de la magia, del encanto de la Naturaleza. Vivir con la imaginación y comprender su autenticidad.
Los sueños son la expectativa del hombre cuando los lleva a la realidad: sueños tangibles, conseguidos con perseverancia, voluntad y fuerza; alcanzables dentro del mundo interior y exterior del ser humano. Sueños que consigan nuestras verdades del alma y de la materia.
El dominio del universo abstracto como del concreto está reservado para aquellos que tienen un instinto muy desarrollado de la vida, una inteligencia muy perspicaz, unas iniciativas que les lleva a superar obstáculos, asienten los riesgos necesarios y se enfrenten a sus propios miedos: es la conquista de los soñadores.
La naturaleza, realidad y comprensión humana ante la vida es una constante vibración y ejecución de la mente racional y científica del hombre, que está enlazada a la visión más amplia del conocimiento, sabiduría y amor de la Existencia. Es la recompensa del Ser Superior de la Raza Humana.
Y un día tuve un bello sueño: "escribir una bella poesía"
Con la dulce mirada de los poetas,
con la riqueza de corazón de los seres de luz terrenales,
con la grandeza de los científicos,
con la fuerza universal de los soñadores,
con la eterna visión de los filósofos,
con la esperanza de los idealistas,
con el apoyo de los humanistas,
con el gran conocimiento de los sabios
y con la fe de los emprendedores de esta Tierra,
la Humanidad avanza por los senderos de su destino.
Y en las circunstancias que vive la sociedad,
lejos de la sencilla convivencia Humana,
deteriora el Impulso de la Creación
hacia la Grandeza del Hombre.
ÁNGEL SANZ GOENA
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CONTEMPLACIÓN La cuestión es que quiere uno realizar en la vida. Debe enfrentarse a cualquier modismo que no le interese como aceptar su realidad. Simplemente es avanzar como él es y elegir lo que verdaderamente le merece la pena, aunque tenga que romper con estructuras, opiniones, influencias y dependencias. De verdad, es maravilloso ser libre, dentro del condicionamiento humano. El amor y la inteligencia hacen libre al ser humano El silencio es muy importante a veces. No tienes que demostrar nada a nadie, tienes que ser tú, con tu bella presencia y tu voz en el momento que sea oportuno. Es mejor así, que pretender dar a entender a los demás lo que sabes. Tienes mucho que ofrecer a la vida y a ti misma. Sigue avanzando por la templanza, por la calma, por la serenidad. Ve al parque de vez en cuando, siéntate en un banco y respira el silencio de los árboles. Observa a las personas. Fija la mirada en ellas y comprende el ritmo humano. La observación es un gran conocimiento. Quizás el mayor. ¿Me escuchas? ¿Me escuchas? No me escuchas, pero sí me lees. Lee estas líneas desde el silencio de tu alma, desde la calma tempestad de una excitación y un sosiego. Escucha las letras que lees. Profundiza y escucha su música, la sintonía de unas palabras que buscas y encuentras. Tienes un diccionario a tu alcance: vocales y consonantes, donde puedes elaborar tu propia armonía, tu música sagrada. Tus frases serán la partitura del concierto de tu corazón, de tu añorado y esperado mundo espiritual. Escribe, relata los sueños dormidos, los ideales trastocados, las ilusiones perdidas. Une esas letras que hacen palabras de un símbolo del amor, de la realidad de tu existencia, de tus inquietudes universales. Lee y medita. ¡Cuánto he escrito! Dirás. ¡Cuántas asignaturas quedan pendientes! Reflexionarás. ¡Cuánta riqueza hay en la Creación! Sentirás. Sigue invocando a la inspiración, a la luz de tu alma. Abre las puertas hacia el Universo e inspecciona su escritura. Observa las letras, su posición y su orden, y confecciona tu propia versión. Siente como cada línea es el viento huracanado, la suave y fría brisa de la montaña, el rocío del amanecer, la calidez del atardecer, las sombras mudas de la noche eterna. Ya no me lees ni me escuchas: escuchas a tu silencio y lees las letras de tu aplicada es instructiva elocuencia, porque has conseguido tu iluminación. Ya eres el escritor, filósofo, poeta, que hablas, escribes, relatas, como trovador y juglar, los mensajes de un Universo Espiritual abierto a quien vive, siente e intuye los Códigos del Universo, sus claves y su fórmula nacida desde el Principio de los Tiempos. Descansa en la paz del guerrero, que pronto te sentará debajo de una encina y contemplarás en el silencio las tierras fértiles de tu alma. ÁNGEL SANZ GOENA www.colordelalma.com