Color Del Alma

PADRE

Padre, quizás no supiste trasmitirme bien tus pensamientos, pero mi corazón ya los siente.

Padre, quizás no supiste trasmitirme bien tus sentimientos, pero mi corazón ya los siente.

Padre, quizás no supiste compartir bien mis emociones, pero mi corazón ya está libre.

Padre, quizás no llegaste a entender bien mis mensajes, pero mi corazón ya está sereno.

Padre, quizás no buscaste más profundamente la esencia de mi alma, pero ella hace tiempo que comparte la tuya.

Padre, quizás no penetraste en el mundo de mis sueños, pero ellos son ahora partícipes de ti y viven en el fondo de tu corazón.

Padre, quizás no supe entender bien la rectitud de tus palabras, pero ahora definen la fiel
trayectoria de mi vida.

Padre, quizás no llegué a comprender la disciplina de tus bellos y honestos actos, pero ahora son los leales componentes en los pasos de mi vida.

Padre, quizás no llegué a percibir el amor en tu firmeza; algo que es ahora reflejo del proceso con mis hijos.

Padre, quizás no comprendí, ni intenté comprender, el riesgo, el sacrificio y el miedo que tiene un padre real, sobre la trayectoria de sus hijos. Y ahora que soy consciente de tus preocupaciones, enfados y llantos, te agradezco todo aquello que tú dejaste de vivir por intentar la mejor educación para mí.

Padre, sin embargo, ahora sé que tu amor sigue llenando mi corazón y potencia la riqueza de mi unión familiar.

El amor de nuestro hogar es el amor que descansa en un pequeño rincón de tu alma.

EXTRAÍDO DEL LIBRO “PENSAMIENTOS FUGACES” DE MI AUTORÍA


ÁNGEL SANZ GOENA
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